miércoles, 20 de abril de 2016

Instante preclaro


¡Betún de Judea nunca fue lo que era!

Hay pequeños instantes en los que nos damos cuenta de que quizás nuestros recuerdos puedan estar mintiéndonos. Evocaciones traicioneras con las que nuestra mente intenta protegernos suavizándonos ciertos episodios de nuestro pasado o incluso inventando por completo otros para hacerlos más soportables. 
Esos instantes preclaros son reveladores pero también efímeros. Y como vienen se van.
Y nos quedan a solas con la duda, intentando hacer memoria y separar la realidad de la dulce invención...
Aunque lo mejor, como ya no hay nada que hacer, es dejarse llevar por la historia que las endorfinas han preparado para nosotros y tratar de disfrutar su ficción.

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