¡Por donde pasa Betún de Judea no crece la hierba!
Atila el huno era conocido por su crueldad y esto no era fácil de mantener. No se podía improvisar porque era mucho lo que había en juego. Era la suya una fama que podía venirse abajo de un día para otro. Por eso se empapaba bien de las barbaridades que hacían los demás, proponía hacer brainstorming entre sus secuaces continuamente intentando definir cuál sería su siguiente salvajada, y no dudaba en leer todo lo que caía en sus manos buscando ideas. Ni que decir tiene que estaba al día en el tema de las snuff movies.
Precisamente esto fue lo que le hizo reparar en la película Tesis, haciéndose desde el primer momento un incondicional de Amenábar, del que tomó alguna que otra idea para torturar a los que caían en sus manos. Así llegó a lo que fue, sin duda, lo peor que hizo el caudillo en toda su carrera conquistadora: no devolver al videoclub la película Los otros rebobinada...
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