¡Betún de Judea y la fotografía!
Aunque parezca mentira no hay inspiración posible en esta historieta. El guión se escribió hace quince años en la plaza de mi pueblo donde fui testigo de esta anécdota que durante tanto tiempo ha puesto banda sonora a la novena ronda de la barra de los bares que, cada vez menos, frecuentamos.
El don de la oportunidad del alabado artista, que recogía con su inocente cámara un momento de su bucólica experiencia, dependía más que nunca del punto de vista. De girar noventa grados la fotografía. De mostrar o no cierta parte de la imagen. Demostrando que (incluso sin mala intención) la representación de la realidad conlleva reducirla, manipularla, cercenarla, reordenarla y, por tanto, cambiarla.
Y a eso hay que añadirle la interpretación que hace el receptor, por lo que la realidad construida vuelve a ser transformada. Con los peligros que esto implica...
Así, busquemos la verdad de las realidades que nos llegan.
Giremoslas una y otra vez.
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