¡Betún de Judea ya no vibra!
Vivimos enganchados al teléfono. Nuestro esmarfon controla nuestros horarios y abduce nuestra atención. Su lucecita vigila nuestro sueño y la revista del baño ha sido derrocada.
¡Ha llegado el momento de decir basta!
Liberar un móvil puede tener otro sentido. Dejarlo en modo avión y ver cómo surca la sala de estar hasta la otra punta, estrellándose contra el suelo y convirtiéndose en un hermoso puzzle, puede ser una buena forma de desconectar.
Y ahora, relájense...
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