¡Betún de Judea está como un tren!
El amor ocurre a diario en cientos de vagones y ya es hora de que los revisores participen de él, que no sean meros espectadores, que no ocurra a su alrededor sino dentro de ellos mismos. Ofrezcámosles la oportunidad de sentir que alguien se fija en ellos. Que alguien se repara en su bigote, en su camisa bien planchada, en lo bien que le queda la corbata, en lo hermoso de sus muecas... Transmitámosles que para alguien es especial.
Hacedle saber al revisor del metro, del cercanías o el autobús, que tendríais una loca y apasionada aventura con él. Seguro que así conseguimos un ambiente más distendido en el transporte público.
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