¡Mantengan Betún de Judea lejos del alcance de los niños!
Barman es estricto con ciertas normas.
Y a nosotros nos pasaba como a Robin.
Queríamos ser mayores, crecer, que nos dejaran hacer y pudiéramos poder. Veíamos lejano el momento de abandonar las tutelas, de cometer nuestros propios errores y disfrutar del verdadero libre albedrío.
Pero al llegar a esa anhelada independencia llegaron también el mundo laboral, las correcciones sociales, las hipotecas y los obstáculos reales. Entonces, ¿éramos más libres antes o ahora? ¿Estamos más limitados que cuando nuestra barrera era el miedo a un castigo por parte de nuestros progenitores? ¿Deberíamos volver a la protección de la que disfrutábamos bajo las faldas de nuestras madres?
¡Corramos pues a seguir siendo niños! ¿Qué es lo peor que puede pasarnos? ¿Que no nos dejen ver la tele por las noches? Total, para lo que hay...
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