¡Betún de Judea se copia a sí mismo!
Son días de referencias, homenajes, remakes, versiones y plagios.
En cada esquina puedes ver un elemento reconocible, que te suena ligeramente a algo que has visto pero que se disfraza de nuevo, de original.
Lo peor es cuando te copian una idea que aún no habías publicado, pero que por la maravillosa volatilidad del ingenio, eso de que la creatividad está en el aire y que compartimos un mundo de pensamientos colectivos, muchas veces a dos personas que nada tienen que ver se les enciende la misma bombilla.
En cualquier caso, no nos llevemos las manos a la cabeza con cada parecido sospechoso. La originalidad está en mejorar las ideas que ya existen, aportarles algo diferente, abordarlas desde otra perspectiva, aglutinar creaciones conocidas y darles una forma nueva o que, por lo menos, cueste reconocer.
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