¡Betún de Judea ha tenido un sueño!
Lo onírico. Ese campo libre donde dar rienda suelta a nuestras pasiones, anhelos y esperanzas. Con todo dispuesto para trazar el camino por el que queremos que transcurra nuestra vida. Un lugar donde todo está permitido, los obstáculos no existen y podemos ensayar a nuestro antojo las situaciones que deseamos para nuestro mundo real.
¡Pero cuidado! Los sueños pueden atraparnos y, si no tenemos un cable a tierra, traicionarnos en mitad de su búsqueda.
Soñemos pues, ¡sí!
Pero con un ojo abierto.
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