martes, 19 de abril de 2016

El cliente siempre tiene la razón


¡Betún de Judea sólo se sanea las puntas!

Somos caprichosos y nunca estamos conformes. Por más que los demás sigan nuestras órdenes al pie de la letra siempre podremos poner pegas. Nunca estaremos del todo satisfechos porque en nuestro ADN está el jeder y eso no hay quien lo repare.
¡Pero eso no tiene por qué ser malo! De hecho, seguramente es el motor que nos hace prosperar. Por lo tanto, quejémonos amargamente de todo lo que nos rodea, aunque sea exactamente lo que deseábamos porque siempre podremos encontrarle un fallo a todo... ¡Salvo a lo que hagamos nosotros!

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