martes, 6 de septiembre de 2011

Tertulianos

Del discurso condescendiente, se pasó a la apelación revolucionaria.
Al ver que la protesta no era contra un partido o gobierno concreto (de izquierdas), sino contra la clase política en general, la valoración se acerca peligrosamente al "un pico y una pala les daba yo".

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